jueves, 25 de octubre de 2007

RACISMO NATURAL O ADQUIRIDO

Llevamos un par de días saturados con las andanzas y desventuras de un joven español dedicado en sus ratos de ocio ferroviario a vejar y agredir a una menor ecuatoriana que tuvo la mala suerte de compartir vagón con él. Elevado a fenómeno mediático, el joven mantiene sus costumbres, y así los españoles comprobamos cuáles son sus bares preferidos, con quién se toma las cañas, como decora su casa y cuál es su estilo de vida.
Este incidente ha servido para volver a situar el racismo en los debates sociales y políticos, es un fenómeno que se repite de forma cíclica, desencadenado normalmente por un hecho más grave de lo habitual: un policía que se excede en sus funciones con el negro de turno, un ecuatoriano apaleado por vigilantes recelosos, una pandilla de "gamberros" que convierten en rutina "cazar al extranjero"...el hecho es que periódicamente se instaura el debate social sobre si España es o no un país racista.
Si nos atenemos a la definición de la RAE sobre el racismo, este sería la "exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros". Es especialmente significativa la segunda parte de esta definición, si tenemos en cuenta el cambio que ha sufrido España en su saldo migratorio en los últimos 30 años, observaremos como el factor de la convivencia es fundamental. En los años 60 y 70 eran miles los españoles que emigraban en busca de mejores oportunidades de vida a una Europa floreciente anhelante de mano de obra barata; debido al empuje económico de Europa en general y de España en particular junto a las desigualdades crecientes entre el primer y tercer mundo, la situación se ha trasformado de manera radical, siendo España un país de referencia en el flujo migratorio y recibiendo inmigrantes procedentes de América latina y África fundamentalmente, así como Europa del este o Asia.
Este nuevo fenómeno ha causado y causa conflictos sociales en nuestro país, llegando a límites insospechados como el acontecido en El EJido en el año 2000, cuando se produjeron enfrentamientos entre la población autóctona y los trabajadores marroquís.
Dejando a un lado estos enfrentamientos y tensiones entre la población local y los inmigrantes hay una cuestión que me asalta desde hace tiempo, ¿es el ser humano racista? y si es así ¿es un fenómeno natural o adquirido?
Teniendo en cuenta la dificultad de un análisis pormenorizado del tema y tratando de sintetizar (espero no aburrirles demasiado), me centraré en una serie de fenómenos que han ocurrido en los últimos años en función de la dirección de los flujos migratorios.
¿Somos los españoles racistas con los marroquís ?( elijo a los inmigrantes procedentes de Marruecos porque son los que más recelos despiertan tradicionalmente en las encuestas de opinión ), si es así,¿lo somos en mayor o menor medida que los marroquís respecto a los inmigrantes subsaharianos?. Eligiendo otro ámbito geográfico ¿son racistas los ciudadanos de EEUU respecto a los inmigrantes mejicanos?, si es así, ¿ lo son en mayor o menor medidad que los mejicanos respecto a los guatemalecos, salvadoreños u hondureños?. Podría poner otros muchos ejemplos, en Europa, Asia u Oceanía, pero creo suficientes estos para que comprendan lo que quiero expresar.
Parece común la presencia del racismo en mayor o menor medida en el ser humano, o al menos en las sociedades humanas, ya sea por miedo a lo desconocido, por convicción cultural o por cuestiones económicas.
Respecto a la pregunta inicial, sobre si el racismo es natural o adquirido, particularmente me inclino por la segunda. Basta con observar las relaciones, el contacto, la empatía que se establece entre los niños que juegan en nuestros parques procedentes de un sin fín de países: chinos, bulgaros,nigerianos, marroquís, bolivianos, españoles... esto me lleva a pensar que los discursos racistas son construcciones teóricas, realizados en su mayoría para amedrentar a los ciudadanos y obtener réditos políticos.
En mi opinión el racismo no se basa en cuestiones raciales, sino en razones económicas; no le damos importancia ni es peligroso el ciudadano británico o alemán que inunda las costas levantinas o baleares para regalarse una soleada jubilación; ni lo es tampoco el futbolista argentino o camerunés que ocupa portadas y es aclamado en estadios ( por cierto, sorprende la agilidad en la tramitación de sus permisos de trabajo y residencia). Por contra el negro que cruza el estrecho de Gibraltar en patera jugándose la vida ( no tiene mucho más que perder ) se convierte en un apestado, condenado a la ilegalidad y a la economía sumergida.
¿ cómo podemos seguir considerando seres humanos como ilegales? en buena medida, muchos discursos políticos se nutren de estas razones ( el partido liberal suizo acaba de ser el más votado en las elecciones de aquel país con un discurso claramente xenófobo ), si a esto unimos una cultura insuficiente, inseguridad ciudadana, paro elevado... es sencillo encontrar al chivo expiatorio en forma de inmigrante ilegal ( lógicamente el más indefenso ).
Una de las nuevas medidas de la unión europea es la tarjeta azul, con la que pretende atraer inmigrantes formados mientras sigue endureciendo las condiciones de residencia para ciudadanos extranjeros. Europa ya realizó un expolio, sirviéndose de los recursos naturales de multitud de países durante siglos, parece que no ha sido suficiente; ahora pretenden que la población mínimamente formada abandone sus países, para satisfacer las necesidades del primer mundo.
Claro que nos gustan los negros y los moros y los indios, eso sí con las carteras bien llenas; el resto que se quede en sus países o se ahoguen en alta mar ( no vaya a ser que ensucien nuestras playas con sus cadáveres ), y si tienen que llegar que lleguen pero ojo con ocuparnos nuestros trabajos ( esos mismos que ninguno queremos desempeñar ), mejor que no molesten mucho, y si podemos alquilarles el pisito por el triple mejor que mejor.
Es una lástima pero cada día seremos más racistas, puesto que las desigualdades económicas no hacen sino aumentar, y los inmigrantes continuarán soñando con una vida mejor, porque como bien sabemos soñar no cuesta dinero, aunque en este capitalismo que todo lo devora cualquier día nos cobrarán también por nuestro sueños.
ojalá me equivoque y el racismo que desterrado de nuestra sociedad, un primer paso será ocupar nuestro tiempo con un buen libro y un viaje que amplie nuestras miras. ya saben cual es la enfermedad que se cura viajando...

1 comentario:

Roberto Carballo dijo...

Clasismo, antes y racismo, después, son formatos de la discriminación vigente y sobre todo, de la inadecuada educación, tanto en el seno de las familias, como en el de la escuela, como en el de los mass media. Un abrazo, Roberto Carballo